Hay muchas razones por las que personas (en su mayoría mujeres) quieran cambiar su apariencia, por ejemplo el desmedido afán de la mujer del siglo XXI por encajar en un nuevo modelo estético impuesto por los medios de comunicación, sin importar el costo económico o las consecuencias en la salud que esto pueda conllevar.
Quiero un rostro (o cuerpo) famoso
La nariz de Nicole Kidman, los labios de Angelina Jolie, los senos de Pamela Anderson o los glúteos de JLo, son algunas de las peticiones más frecuentes a los cirujanos plásticos, ellos dicen que dichas referencias es una forma para que el doctor y el paciente estén en la misma sintonía con respecto al resultado deseado.
Pero cuando los pacientes quieren algo más, como buscar convertirse en el doble de una celebridad, los médicos necesitan poner un límite, tanto por cuestiones éticas como por la preocupación de la salud mental del paciente, que representa desde autoestima baja, desorden de personalidad limítrofe, psicosis, etc.
Cuando los paciente después de los procedimientos, no están satisfechos, sólo se sienten peor. Tener cirugía plástica se convierte en algo perjudicial; no hay satisfacción. Cuando no hay satisfacción, irán con otro doctor y con otro y otro más hasta que el riesgo sea cada vez mayor.
Sea de manera positiva o negativa, los famosos son una galería de los éxitos y de los excesos de la cirugía estética. Los retoques faciales embellecieron a Britney Spears; pero el abuso de las intervenciones estéticas puede dejar consecuencias devastadoras, un ejemplo de ello es Michael Jackson. De ahí que los especialistas aconsejan una cirugía a la medida de cada paciente, acorde a su fisonomía y sexo.
La lucha por lucir bello es saludable, siempre y cuando eso no se convierta en una obsesión como la anorexia, la bulimia o transtorno dismórfico corporal. El intento por lucir como celebridades fue documentado en una serie de MTV, Quiero un rostro famoso, donde las cámaras siguen a las personas que intentan lograrlo.
Precauciones
La industria médico estética se ha vuelto un verdadero mercado. Desde la aplicación de botox, que mal puesto puede llegar a paralizar ciertos músculos (y que ahora lo aplican también en salones de belleza y spas por personal no capacitado, cuando un cirujano plástico debe realizar más de 14 años de estudios). Hasta consecuencias por la reacción que tiene cada cuerpo, que puede provocar el rechazo de implantes y leucemia.
Es por ello que los pacientes que deseen someterse a una cirugía plástica, deben considerar factores importantes como: optar por cirujanos debidamente capacitados y acreditados, con reconocida trayectoria y seriedad; prótesis y material de alta calidad; y contar con las condiciones de salud adecuadas para este tipo de intervención.
En muchos países del mundo, el aumento o la reducción del tamaño de los senos es lo más buscado por la mujer cuando acude con un cirujano plástico.
Las cirugías de aumentos mamarios son parte de la agenda diaria de los cirujanos plásticos, indicando una tendencia que va en alza. Sin embargo, esta realidad ha facilitado que las mujeres tomen malas decisiones y opten por intervenirse con profesionales poco calificados, o con implantes de mala calidad, trayendo consigo consecuencias negativas para la salud.
La única manera de aumentar el volumen del seno es a través de la cirugía de aumento mamario o mamoplastía. Se colocan implantes de gel de silicona cohesivo debajo de la glándula o debajo del músculo pectoral a través de una pequeña incisión alrededor de la areola o en el surco submamario. También por razones de salud existe la cirugía de reducción, donde se reseca el tejido mamario y la grasa, así como piel, para formar una mama más pequeña, firme y con forma. El músculo no se toca.
Antes de una cirugía, para conservar los senos en óptima condición, es necesario utilizar la talla correcta de sostén. Al hacer ejercicio se debe usar un sujetador deportivo. También es importante evitar presionar el busto, por lo que es preferible no cruzar los brazos ni dormir boca abajo.
Es mejor natural
A pesar de este fenómeno provocado por los estándares de belleza, diversas encuestas han demostrado que hombres de diferentes edades y culturas prefieren a una mujer natural, que luzca saludable y segura de si misma.
Según estudios de la Universidad de St Andrews, Escocia, las personas en general prefieren un aspecto más natural, y para lograr un aspecto impactante no hay mejor recomendación que una buena dieta combinada con una rutina diaria de ejercicio, la cual puede hacer más por la apariencia que la cirugía estética.
La investigación sobre lo que se considera "atractivo" en una persona encontró que lo que refleja un estilo de vida sano son los cambios sutiles en el tono de la piel. La combinación: el ejercicio incrementa el flujo sanguíneo y la dieta cambia la composición química de nuestra piel.
Quiero un rostro (o cuerpo) famoso
La nariz de Nicole Kidman, los labios de Angelina Jolie, los senos de Pamela Anderson o los glúteos de JLo, son algunas de las peticiones más frecuentes a los cirujanos plásticos, ellos dicen que dichas referencias es una forma para que el doctor y el paciente estén en la misma sintonía con respecto al resultado deseado.
Pero cuando los pacientes quieren algo más, como buscar convertirse en el doble de una celebridad, los médicos necesitan poner un límite, tanto por cuestiones éticas como por la preocupación de la salud mental del paciente, que representa desde autoestima baja, desorden de personalidad limítrofe, psicosis, etc.
Cuando los paciente después de los procedimientos, no están satisfechos, sólo se sienten peor. Tener cirugía plástica se convierte en algo perjudicial; no hay satisfacción. Cuando no hay satisfacción, irán con otro doctor y con otro y otro más hasta que el riesgo sea cada vez mayor.
Sea de manera positiva o negativa, los famosos son una galería de los éxitos y de los excesos de la cirugía estética. Los retoques faciales embellecieron a Britney Spears; pero el abuso de las intervenciones estéticas puede dejar consecuencias devastadoras, un ejemplo de ello es Michael Jackson. De ahí que los especialistas aconsejan una cirugía a la medida de cada paciente, acorde a su fisonomía y sexo.
La lucha por lucir bello es saludable, siempre y cuando eso no se convierta en una obsesión como la anorexia, la bulimia o transtorno dismórfico corporal. El intento por lucir como celebridades fue documentado en una serie de MTV, Quiero un rostro famoso, donde las cámaras siguen a las personas que intentan lograrlo.
Precauciones
La industria médico estética se ha vuelto un verdadero mercado. Desde la aplicación de botox, que mal puesto puede llegar a paralizar ciertos músculos (y que ahora lo aplican también en salones de belleza y spas por personal no capacitado, cuando un cirujano plástico debe realizar más de 14 años de estudios). Hasta consecuencias por la reacción que tiene cada cuerpo, que puede provocar el rechazo de implantes y leucemia.
Es por ello que los pacientes que deseen someterse a una cirugía plástica, deben considerar factores importantes como: optar por cirujanos debidamente capacitados y acreditados, con reconocida trayectoria y seriedad; prótesis y material de alta calidad; y contar con las condiciones de salud adecuadas para este tipo de intervención.
En muchos países del mundo, el aumento o la reducción del tamaño de los senos es lo más buscado por la mujer cuando acude con un cirujano plástico.
Las cirugías de aumentos mamarios son parte de la agenda diaria de los cirujanos plásticos, indicando una tendencia que va en alza. Sin embargo, esta realidad ha facilitado que las mujeres tomen malas decisiones y opten por intervenirse con profesionales poco calificados, o con implantes de mala calidad, trayendo consigo consecuencias negativas para la salud.
La única manera de aumentar el volumen del seno es a través de la cirugía de aumento mamario o mamoplastía. Se colocan implantes de gel de silicona cohesivo debajo de la glándula o debajo del músculo pectoral a través de una pequeña incisión alrededor de la areola o en el surco submamario. También por razones de salud existe la cirugía de reducción, donde se reseca el tejido mamario y la grasa, así como piel, para formar una mama más pequeña, firme y con forma. El músculo no se toca.
Antes de una cirugía, para conservar los senos en óptima condición, es necesario utilizar la talla correcta de sostén. Al hacer ejercicio se debe usar un sujetador deportivo. También es importante evitar presionar el busto, por lo que es preferible no cruzar los brazos ni dormir boca abajo.
Es mejor natural
A pesar de este fenómeno provocado por los estándares de belleza, diversas encuestas han demostrado que hombres de diferentes edades y culturas prefieren a una mujer natural, que luzca saludable y segura de si misma.
Según estudios de la Universidad de St Andrews, Escocia, las personas en general prefieren un aspecto más natural, y para lograr un aspecto impactante no hay mejor recomendación que una buena dieta combinada con una rutina diaria de ejercicio, la cual puede hacer más por la apariencia que la cirugía estética.
La investigación sobre lo que se considera "atractivo" en una persona encontró que lo que refleja un estilo de vida sano son los cambios sutiles en el tono de la piel. La combinación: el ejercicio incrementa el flujo sanguíneo y la dieta cambia la composición química de nuestra piel.